domingo, 26 de septiembre de 2010

Jean Girigori en la Galeria Nacional de Bellas Artes



Areito Arte Contemporaneo 180910

AMABLE LÓPEZ MELÉNDEZ

La noche del pasado viernes 10 de septiembre ardera en la memoria de quienes, en Santo Domingo, han tenido la dicha de disfrutar y apreciar de cerca la obra, la trayectoria y la personalidad artística de Jean Girigori, creadora de uno de los universos visuales de mayor vitalidad y fascinación en el panorama de la pintura caribeña de las últimas tres décadas.
Esa noche, María Elena Ditrén y Marianne de Tolentino, Directora del Museo de Arte Moderno y de la Galería Nacional de Bellas Artes, respectivamente, combinaron voluntades y recursos de manera ejemplar, al dejar inaugurada, en el Salón de la Cúpula de la GANBA, una “exposición-homenaje” cuya pertinencia no sólo radica en el hecho de que, desde hace por lo menos dos décadas, la expositora sea considerada por la crítica internacional como la “Pintora Nacional de Curazao”, sino en la misma excelencia del cuerpo expositivo, compuesto por más de 50 obras, entre pinturas en técnica mixta sobre tela y esculturas en cerámica.

Durante el emotivo acto, María Elena Ditren, a nombre del Ministerio de Cultura y del Comité Organizador de la Primera Trienal Internacional del Caribe, hizo entrega de un Diploma de Reconocimiento Especial a Jean Girigori, atendiendo a “la vitalidad y genuinos valores estéticos de su obra pictórica y por sus aportes trascendentales en favor de la difusión de las expresiones artísticas y culturales identitarias de los pueblos del Caribe durante las últimas cuatro décadas”. Asimismo, el artista Hilario Olivo, Secretario General del Colegio Dominicano de Artistas Plásticos-CODAP-, entrego a la Girigori una placa de reconocimiento por su ejemplar y fructífera trayectoria creativa.

En las encaladas paredes de “La Cúpula” magnífica, acogedora y transparente, se registra esta vez el acceso a una etapa creativa definitivamente esplendorosa en la que siguen “ardiendo” el dolor, el sueño y la poética del compromiso profundamente crítico y esperanzado de Jean Girigori: “Mi arte es para la solidaridad, para el amor y la justicia. Mi arte siempre estará en contra de la desigualdad y en favor de la espiritualidad.

No tengo ningún tipo de admiración por los sistemas políticos contemporáneos, pues todas sus propuestas han sido estériles. Actualmente la economía es un retroceso; el arte y la educación se degradan y las políticas culturales son confundidas por los burócratas infuncionales.

Los políticos modernos se ponen viejos y corruptos antes de terminar su trabajo. Ellos no quieren el talento de la juventud, no quieren el relevo, son practicantes de la hipertrofia social”.

Marianne de Tolentino, nos advierte que “Jean Girigori puede llegar a pintar directamente con el tubo, se convierte en “pollockiana”, y dripping, salpicado, chorreado suman sus efectos emotivos. La pasta, el color, la materia son el lenguaje; su léxico, brusco, provocador, posee una elocuencia dramática. Por otra parte, como en muchos de los buenos pintores caribeños, la pintura de Jean Girigori comunica su esencia y legado afroantillano. No se trata de una negritud superficial y costumbrista, sino de una afirmación étnica, orgullosa, profunda, antropológica…

Se trata de algo interno y orgánico, de una propuesta que prescinde de la anécdota y de la descripción. Sus personajes cargan las vicisitudes de un pasado injusto y cruel, siguen agobiados por una honda tristeza existencial, han hallado la ruta de la sublevación, la denuncia, la revancha. Sin embargo, la obra de Jean Girigori no destila violencia. Alberga y transmite calor humano, a menudo ternura... hasta en las composiciones abstractas. Quien conoce personalmente a Jean Girigori comprende que no podría ser de otra manera”...

Un seguimiento profundo a la práctica creadora y al activismo sociocultural desarrollados por Jean Girigori durante las últimas cuatro décadas, nos permitirá advertir una asombrosa multiplicidad de redes comunicativas a través de las cuales logra proyectar los aportes de artistas, intelectuales, escritores, comunicadores y activistas culturales curazoleños significativos como Frank Martinus Arion, May Henríquez-Álvarez Correa (1915-1999), S.M. KoKo(+)Tony Monsanto, Yuby Kirindongo, Ellen Spijkstra, Tirzo Martha, Elvis Lopes, Bulie van Lewin, Stanley Cras, Nel Cassimiri, Docco Engels, Mavis Delannoy, Pacheco Domacasse, Ruby Figueroa Eckmeyer, Jennifer Smit y Nicole Henríquez.

La exposición homenaje a Jean Girigori estará abierta hasta el 4 de octubre en la Sala de la Cúpula de la Galería Nacional de Bellas Artes, localizada en la Ave. Máximo Gómez con Ave. Independencia, en horarios de martes a sábado de 9: am. 5:00pm.

En síntesis
JEAN GIRIGORI “La pintora del Arco Mágico”, nació en medio del Mar Caribe, el 14 de enero del 1948, de padre curazoleño y madre dominicana. Durante 13 años vivió en Puerto Príncipe, Haití, donde realizó sus primeros estudios bajo la orientación del afamado pintor y escritor haitiano George Paul Héctor (1938-1993). En 1968 realiza su primera exposición en el “Cumbio Studio” de Puerto Príncipe. En 1970 expone de manera colectiva en la República Dominicana (Aerovía Quisqueyana) y al siguiente año en el Montego Beach Hotel, Kingston, Jamaica. En 1972 instala su taller en Curazao. Entre 1977-79 realiza cuatro exposiciones individuales en la Galería Libertas, el Centro pro Arte y el Cultureel Centrum Curaçao. Estudio en la Art Students League, Nueva York, bajo la orientación del artista norteamericano Knox Martin (1978-80). En Nueva York, expone en la Art Students League y en Women’s Art Gallery. Entre 1981 y 1983 retorna a la Art Students League bajo la orientación del escultor José de Creeft. Jean Girigori ha exhibido su obra intensamente en importantes galerías, museos y centros culturales del Caribe, Estados Unidos, Latinoamérica y Europa.

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